Extracción de 20 dientes

Las muelas del juicio son los dientes más posteriores de los maxilares superior e inferior y normalmente hay 4 en cada individuo. Dependiendo de la gravedad de la limitación de espacio en los maxilares, es posible que no puedan salir en absoluto o que no puedan salir del todo.

Las muelas del juicio pueden causar dolor, inflamación e infección y pueden destruir los dientes adyacentes y los huesos circundantes. La extracción sintomática (signo clínico) de las muelas del juicio alivia el dolor y las molestias y mejora la salud y la función bucal.

En un estudio, se descubrió que aproximadamente un tercio de las muelas del juicio asintomáticas y no erupcionadas cambian de posición con el tiempo, dando lugar a muelas del juicio parcialmente erupcionadas pero no funcionales o antihigiénicas (no cepillables).

Se ha observado que entre el 30% y el 60% de las personas con muelas del juicio retenidas previamente asintomáticas se vuelven sintomáticas con el tiempo.

Por este motivo, se considera que las muelas del juicio que no participan en la función oral (masticación) deben extraerse aunque sean asintomáticas. La extracción de las muelas del juicio suele realizarse con anestesia local, de forma indolora y cómoda.

Aunque varía de un paciente a otro, el dolor postoperatorio, el edema, el hematoma (acumulación de sangre bajo el tejido) y el trismo (contracción muscular) figuran entre las complicaciones esperables.

Tras la intervención, se recomiendan analgésicos, antibióticos y enjuagues bucales, así como la aplicación de compresas de hielo para reducir el edema y el dolor.