La endodoncia es un tratamiento odontológico utilizado para tratar una infección en la pulpa (parte viva del nervio) de un diente. El tratamiento de conductos no es doloroso y un diente que podría necesitar una extracción completa puede salvarse con este tratamiento.
La infección en la pulpa (conducto radicular) de un diente está causada por bacterias presentes en la boca que invaden (afectan) el diente.
Esto puede ser después de lo siguiente:
- Caries
- Empastes con fugas
- Daños en los dientes como consecuencia de traumatismos como caídas
- Estructura anatómica anormal del diente
Los dientes están formados por los siguientes tejidos:
- Esmalte – capa dura del diente
- Dentina: tejido dental más blando que soporta el esmalte y constituye la mayor parte del diente.
- Cemento: tejido dental duro que recubre la superficie de la raíz.
- Pulpa: tejido dental blando formado por nervios y vasos que se encuentra en el centro del diente.
- El sistema de conductos radiculares contiene la pulpa del diente y se extiende desde la parte superior del diente hasta el final de la raíz.
Un solo diente puede tener más de una endodoncia.
Cuando es necesario un tratamiento de conductos;
El tratamiento de conductos es necesario cuando las radiografías dentales muestran que la pulpa ha sido dañada por una infección bacteriana.
Si la pulpa está infectada por bacterias, puede inflamarse, lo que hace que las bacterias se multipliquen y se propaguen. Esta afección suele caracterizarse por el dolor.
Los síntomas de la infección pulpar incluyen:
- Dolor al comer o beber alimentos y bebidas frías o calientes.
- Dolor al morder o masticar
- Movilidad de los dientes (movilidad – temblor)
- A medida que la infección progresa, la pulpa se necrosa (muerte del tejido) y estos síntomas suelen desaparecer.
Cuando el diente se necrosa, es decir, se queda sin vida, parece estar curado, pero en realidad la infección se ha extendido al sistema de conductos radiculares.
Con el tiempo aparecerán otros síntomas como
- Dolor al morder o masticar
- Inflamación de la encía cercana al diente afectado
- Inflamación que supura del diente afectado
- Mejilla o barbilla hinchadas
- Oscurecimiento del color de los dientes (casi negro)
Si el diente está infectado, la pulpa no puede curarse por sí sola. Si el diente infectado no se trata, se produce un cuadro más dramático, como la formación de abscesos y quistes.
Los antibióticos, un fármaco utilizado para tratar las infecciones bacterianas, no son eficaces para tratar las infecciones del conducto radicular
. Sólo en casos agudos pueden ayudar a tratar una infección que se extiende alrededor de la raíz y causa inflamación.
¿Cómo se realiza el tratamiento de conductos?
- Para tratar la infección del conducto radicular, primero hay que eliminar las bacterias presentes en él.
- Esto se hace eliminando las bacterias del sistema de conductos radiculares (endodoncia) o extrayendo el diente.
- Sin embargo, por lo general no se recomienda extraer el diente, ya que es mejor mantener los dientes naturales en la boca el mayor tiempo posible.
- Antes de la endodoncia se le suele aplicar anestesia local.
- Esto garantiza que el procedimiento de tratamiento sea indoloro.
- Una vez eliminadas las bacterias, se obtura el conducto radicular y se sella el diente con un empaste o una corona.
- En la mayoría de los casos, el tejido inflamado cercano al diente se cura de forma natural.
- El tratamiento del conducto radicular suele tener éxito si se realiza de acuerdo con los procedimientos.
- Debe evitar morder alimentos duros hasta que finalice el tratamiento.
- Después de la última sesión de tratamiento, es normal sentir dolor en el diente restaurado durante unos días.